Santificación

Jesús, tú has dicho:
dejen que los niños se acerquen a mí.
Tú me has inspirado el deseo de dedicar mi vida
a los niños y jóvenes para llevarlos a ti.
Dígnate bendecir mi vocación,
asísteme en todos mis trabajos de hoy.
Derrama sobre mí,
sobre todos mis hermanos
y sobre los que trabajamos en esta obra educativa,
el Espíritu de fuerza, de caridad y de humildad,
para que nada nos aparte de tu servicio.
Haz que hoy cumpla con celo el ministerio educativo
al que me has consagrado.
Hazme perseverar hasta el fin
para alcanzar así la salvación
que nos has prometido. Amén.

Herederos del carisma
que ha dejado Juan María,
vivirlo es el desafío,
en la escuela cada día.

Una escuela que sea Templo,
Hospital, Casa de Pan,
cual Taller para la vida,
Frontera, calor de Hogar.

Con el lema de Dios Solo
y sintiéndonos hermanos,
compartamos la tarea:
¡Todos somos menesianos!

Dar a conocer a Cristo
con el ejemplo en la aulas;
y ser luz entre los hombres
predicando con el alma.

De los jóvenes y niños,
como ángeles custodios
velando por su futuro,
enlazando fe y estudio.

Antífona 1
No te consideres como un instructor profano, sino como un misionero encargado de establecer el reino de Dios en las almas.

Salmo 24
Oración por todas clases de necesidades

A ti, Señor, levanto mi alma; 
Dios mío, en ti confío 
no quede yo defraudado, 
que no triunfen de mí mis enemigos, 
pues los que esperan en ti no quedan defraudados, 
mientras que el fracaso malogra a los traidores. 

Señor, enséñame tus caminos, 
instrúyeme en tus sendas: 
haz que camine con lealtad; 
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, 
y todo el día te estoy esperando. 

Recuerda, Señor, que tu ternura 
y tu misericordia son eternas; 
no te acuerdes de los pecados 
ni de las maldades de mi juventud; 
acuérdate de mí con misericordia, 
por tu bondad, Señor. 

El Señor es bueno y es recto, 
y enseña el camino a los pecadores; 
hace caminar a los humildes con rectitud, 
enseña su camino a los humildes. 

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad 
para los que guardan su alianza y sus mandatos. 
Por el honor de tu nombre, Señor, 
perdona mis culpas, que son muchas. 

¿Hay alguien que tema al Señor?
Él le enseñará el camino escogido: 
su alma vivirá feliz, 
su descendencia poseerá la tierra. 

El Señor se confía con sus fieles, 
y les da a conocer su alianza. 
Tengo los ojos puestos en el Señor, 
porque El saca mis pies de la red. 

Mírame, oh Dios, y ten piedad de mí, 
que estoy solo y afligido. 
Ensancha mi corazón oprimido 
y sácame de mis tribulaciones. 

Mira mis trabajos y mis penas 
y perdona todos mis pecados; 
mira cuántos son mis enemigos, 
que me detestan con odio cruel. 

Guarda mi vida y líbrame, 
no quede yo defraudado de haber acudido a ti. 
La inocencia y la rectitud me protegerán, 
porque espero en ti. 

Salva, oh Dios, a Israel 
de todos sus peligros.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1
No te consideres como un instructor profano, sino como un misionero encargado de establecer el reino de Dios en las almas.


Antífona 2
Establecer el reino en las almas es tu vocación, y será haciendo santos como te santificarás tú mismo.

El amor de Dios por Israel
Cántico de Os 11

Cuando Israel era niño, yo lo amé,
y de Egipto llamé a mi hijo.
Pero cuanto más los llamaba,
más se alejaban de mí;
ofrecían sacrificios a los Baales y
quemaban incienso a los ídolos.
¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím,
lo tomaba por los brazos!

Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba.
Yo los atraía con lazos humanos,
con ataduras de amor;
era para ellos como los que alzan
a una criatura contra sus mejillas,
me inclinaba hacia él y le daba de comer.

¿Cómo voy a abandonarte, Efraím?
¿Cómo voy a entregarte, Israel?
¿Cómo voy a tratarte como a Admá o
a dejarte igual que Seboím?

Mi corazón se subleva contra mí y
se enciende toda mi ternura:
no daré libre curso al ardor de mi ira,
no destruiré otra vez a Efraím.

Porque yo soy Dios, no un hombre:
soy el Santo en medio de ti,
y no vendré con furor.

Ellos irán detrás del Señor;
él rugirá como un león,
y cuando se ponga a rugir,
sus hijos vendrán temblando del Occidente.

Vendrán temblando desde Egipto como un pájaro,
y como una paloma, desde el país de Asiria;
y yo los haré habitar en sus casas –oráculo del Señor–.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2
Establecer el reino en las almas es tu vocación, y será haciendo santos como te santificarás tú mismo.


Hijos míos, comprendan mejor la importancia de sus funciones, la santidad de su estado, la naturaleza, la grandeza y la amplitud de sus deberes para con la Iglesia y sus miembros. Bajo este aspecto, puedo compararlos a los sacerdotes. Nosotros no somos sacerdotes para nosotros mismos, ustedes no son Hermanos para ustedes. Un religioso que se retira en la clausura para vivir allí en la soledad, puede permanecer o salir sin que resulte un bien o un mal más que para él. Pero la salvación de un Hermano va unida a la salvación de los demás. Cuando el último día estemos delante del tribunal supremo ¿cuáles serán nuestras excusas si vemos caer en el infierno a una sola alma que hubiéramos podido preservar por medio de nuestros cuidados caritativos y por medio de nuestro celo? ¿Qué responderemos?(Apertura de un retiro 1840 –La vocación)

Antífona
Tienes una hermosa misión, y bendigo a Dios por habértela dado, porque, trabajando en la santificación de los niños que te han sido confiados, trabajas en tu propia santificación.

Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,
porque ha visitado a su pueblo
con su salvación.

Dios ha suscitado una fuerza de salvación
en la casa de su siervo David,
según lo había dicho en tiempos antiguos
por medio de los profetas,
profetas que hablaban por él.

De los enemigos nuestro Dios nos rescatará
y de aquellos que nos odian también.
Recordará su alianza y sus juramentos
será fiel a sus promesas,
promesas que le hizo a Abraham.

Dios va a concedernos que, libres y sin temor,
y arrancados de los que hacen mal,
unidos en su Reino le estemos sirviendo,
con santidad y justicia,
por siglos y siglos sin fin.

A ti niño te llamarán profeta del Señor,
porque prepararás sus caminos,
pregonando la paz y el perdón.

En su misericordia nuestro Dios nos visitará
como sol que nos ilumina,
guiándonos por senderos de paz.

Gloria al Padre Eterno, gloria al Dios Hijo Jesús,
gloria al Espíritu Santo, por los siglos y siglos sin fin.


Antífona
Tienes una hermosa misión, y bendigo a Dios por habértela dado, porque, trabajando en la santificación de los niños que te han sido confiados, trabajas en tu propia santificación.

A cada intención respondemos:

Señor, haciendo santos seremos santos

-. Que nuestra misión educativa no pierda nunca a Jesucristo como razón de ser.

-. Que eduquemos a los niños y jóvenes como Jesucristo lo haría, con cariño y firmeza.

-. Que siempre busquemos, con ocasión o sin ella, dar testimonio de Jesucristo en la misión educativa.

-. Que como Familia Menesiana hagamos de los centros educativos plataformas de anuncio de la Buena Noticia del Reino.

-. Que nuestra educación predisponga a los estudiantes para que el Espíritu pueda moldear en ellos la imagen de Jesucristo y vivan sus actitudes.

Señor Jesús, te damos gracias por la sublime vocación que nos has regalado. Danos tu Espíritu para que pasemos por el mundo haciendo el bien que tú mismo hiciste y que nuestra educación evangelice hoy a todos y nos ocupemos más de hacer santos que sabios. Por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.