San Buenaventura

Te ofrezco, ¡oh Dios!
mi fortuna, mi tiempo, mi libertad,
mi reputación, mi cuerpo,
mi alma, mi vida;
me entrego todo, sí todo, sin excepción.
Dispón pues de mí
y de todo lo que es mío,
según te plazca.
Yo no tengo ahora otro pensamiento,
otro deseo,
que el de contribuir a tu gloria
según la medida completa
de mis medios y mis fuerzas.
(Juan María)

  • Para pedir un nuevo espíritu misionero en nuestra Congregación.
  • Por el curso de formación de Hermanos que se preparan a la profesión perpetua, en especial por el H. Walter.
  • Por las vocaciones menesianas de laicos y Hermanos.
  • Por la familia menesiana del colegio Teodelina de Villa G. Gálvez

Fieles al mandato del Evangelio y al ejemplo del Salvador, los Hermanos saben perdonar, olvidar las ofensas y, a pesar de los roces inevitables, vivir en paz.

Las sequedades interiores constituyen una prueba muy penosa; Dios las permite para purificar cada vez más nuestra virtud y para hacernos conseguir méritos mayores. Por lo tanto, no tienes que entristecerte, ni mucho menos desconcertarte.


1989: Abundio Matabuena (Ireneo). Nació en Nestar de Aguilar (Palencia) en 1913. Trabajó en Uruguay y Argentina desde el año 1950 hasta su muerte en Montevideo.

1988: René Poussin (Norbert)
1990: Antoine Denis (Justinien)