Jeremías 23, 1-6Salmo 22, 1b-6Efesios 2, 13-18
Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.Él les dijo: Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Los discípulos vuelven contentos por lo que hicieron y enseñaron, pero Jesús no les había pedido nada, sólo que hicieran experiencia de hospitalidad, pero ellos hicieron la suya (evangelio del domingo pasado). No se trata tanto de hacer cosas o ser generosos, sino estar disponibles para hacer lo que Jesús quiere.Los discípulos cuando se ponen delante de Jesús la echan a perder. Nosotros también. El lugar del discípulo misionero es detrás del maestro; ese es nuestro lugar por definición.Ante esta situación Jesús los invita a ir a un lugar desierto. Tiene que educarlos, reconducir la experiencia y el momento es oportuno. Pero la multitud llega antes que ellos al lugar, evidentemente sabían dónde solían encontrarse.Cuando desembarcó Jesús, dice el texto (solo él desembarcó, los demás no lo hicieron). Sucedió lo mismo cuando fueron a Gerasa, tierra pagana, sólo él desembarcó, los discípulos no lo hicieron, temían contaminarse. Ellos no bajan, él sí. De pronto se le conmueven las entrañas (sólo a los que bajan se les conmueven las entrañas) pues vio a la multitud como ovejas sin pastor (vio como Dios mira, con misericordia). ¿Desde dónde miro y con qué tono lo hago?Cada mañana somos invitados a salir y recibir a los alumnos, educadores, familias como Jesús lo hizo: sin defensas ni barreras, fuera de la barca, expuestos, para que el corazón y las entrañas se nos conmuevan ante ellos y nos pasemos largo rato enseñándoles, porque les vemos como Dios les ve y nos conmovemos como él se conmueve. Estas son las fuentes verdaderas de la misión. Y se expresan en el estar sin tiempo, enseñando y partiendo el pan (el pan del sentido, del cariño, de la acogida incondicional, de la fiesta, etc.)El texto nos muestra cuál es la realidad del pueblo: está como ovejas sin pastor, abandonado a su suerte, nadie le da de comer, sus jefes están ocupados en grandes banquetes y el pueblo en búsqueda de quien lo oriente y es por ello que Jesús se detiene largamente a enseñarles.En la primera lectura del profeta Jeremías el Señor dice que se ocupará personalmente de los malos pastores, que no se han ocupado de las ovejas, sino que incluso las pierden, las dispersan y expulsan. Y luego será el mismo Señor quien las reúna y las haga volver a sus praderas y que sean fecundas. También suscitará pastores comprometidos con el rebaño, como expresa el Papa Francisco, pastores con olor a oveja, porque están cerca de ellas y velan por sus vidas; pastores atento a cuidar y no tanto a cuidarse y salvar su pellejo en los peligros. ¿Cómo procedo con aquellos de los que soy responsable, qué tipo de pastor soy, qué diría el Buen Pastor de mí pastoreo?El ministerio de la palabra es importante para Jesús, pero su palabra va acompañada de gestos. Los menesianos ejercemos nuestro ministerio esencialmente a través de la palabra y esta debe ir acompañada de gestos que la certifiquen.Mirémonos en Jesús: ¿Somos capaces de romper nuestros proyectos para responder a las necesidades de los demás? ¿Somos capaces de dejar de lado nuestra planificación para atender una necesidad urgente que se plantea? ¿Somos capaces de abajarnos, de salir de nuestra barca, para encontrarnos con los más pequeños y pasarnos largo tiempo con ellos? (Hno Merino)
Jesús y el Padre: Jesús se siente el buen pastor enviado a su pueblo para llevarle a pastos abundantes, para darle vida y vida en abundancia. Jesús experimenta compasión ante el pueblo al igual que su Padre. Abandona su plan y hace lo que haría el Padre en ese momento: estar con el pueblo, enseñarles.Jesús y sus discípulos: Los discípulos no están preocupados por el pueblo. Ellos viven desde otras claves. Su mesianismo es davídico, de gloria y poder. Jesús busca enseñarles con el ejemplo: ocuparse del pueblo en primer lugar, esa es la misión del pastor con olor a oveja. Busca asociarles a su misión aunque ellos no acaban de comprender. No desespera de ellos. Tampoco de nosotros. Y nosotros, ¿respecto de los otros?
A sus ojos ¿qué es un Hermano (educador/a)? Un Hermano (educador/a) no es sólo discípulo de Jesucristo, es un cristiano privilegiado y distinguido entre los otros, porque ha recibido la sublime misión de enseñar a los niños la doctrina de la salvación, de ser el guardián de su inocencia, de dirigir sus primeros pasos hacia el cielo, de formarles en la práctica de todas las virtudes que deben conducirles a él. Un Hermano (educador/a) es enviado, como el mismo Jesucristo lo ha sido, para recoger las ovejas dispersas de la casa de Israel” (530 excelencia de la vocación du Hermano).
Para avanzar me basta tu mirada,la mano amiga de la comunidad,el cuerpo roto, la Sangre derramaday un mundo joven sediento de unidad.Para avanzar unamos nuestras manos,creando lazos, en camino tras la Paz.que Juan María nos llama a ser hermanos,signos visibles de fraternidad.Un deseo nos convoca, se hace nuestro,y dirige nuestros pasos hasta el fin:el anhelo expresó Jesús Maestro“Que los niños vengan todos junto a mí”.Y nos urge la palabra recia y fuerteque nos dice Juan María: “Por favor,no pueden dejar los niños a su suerte,denles el pan, denles la fe, denles amor”.Por los pobres, los pequeños, y excluidoslos que pierden la sonrisa, el porvenir…Con mi mano que se alcen los caídoscon mis labios, brote un nuevo sonreír.Ven conmigo y pintaremos de alegría,Los rincones más oscuros de tu hogar,Soy tu ángel, tu hospital, de noche y díaTe doy alas de esperanza y a volar.