Santa Teresa de la Cruz (Edith Stein) – Beatos Miguel Tomaszek y Zbiniew Strzalkowski

Nahaúm 2, 1-3; 3, 1-3. 6-7
Deuteronomio 32, 35-36. 39. 41 (Salmo)

Jesús dijo a sus discípulos: El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará.¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.
Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino.

Pedro no quiere que Jesús sufra. Actúa con toda la buena fe. Jesús es su amigo y además es el Mesías. Hace como suelen hacer los padres y madres con los hijos: procuran evitarles cualquier mal rato… Es bueno evitar el sufrimiento a las personas que queremos.

Contemplamos la vida de Jesús para comprender el misterio de perder la vida por otros. Él lo perdió todo, pero al perder la vida por amor, no perdió nada de valor. Todo lo que se entrega por amor, nunca se pierde; incluso la vida misma se eleva en alegría y belleza para las próximas generaciones. Pensemos en Oscar Romero, asesinado durante la Misa en El Salvador; ¿habrá muerto? Él sigue viviendo en amor, y su valentía permanece para siempre.

Este mensaje del evangelio choca frontalmente con la cultura dominante de nuestra sociedad, por eso es más necesario que nunca recordar las palabras del apóstol: “No se ajusten a este mundo, sino transfórmense por la renovación de la mente, para que sepan discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto”.


MÁXIMA
Nada se pierde si se entrega por amor


Ya sabes lo que he dicho con respecto a los pequeños contratiempos que te llegan. Yo sufro por ti y contigo. Pero temo que te falte paciencia y que no te sepas dominar bastante ante quien crees culpable de los reproches que te hacen. Esto los va a aumentar en lugar de disminuirlos y darlos por finalizados. Un religioso más que nadie debe evitar romper la caña ya cascada o producir el menor daño a quienes cree que lo causan. No basta con llevar el crucifijo sobre el pecho, también hay que tener en el corazón un sincero amor a la cruz.” (Al H. Luden, 7 de junio de 1843)

En la cruz tú te entregaste por mí.
En la cruz abriste tu corazón, oh Jesús,
y ahora vivo gracias a Ti.

En la cruz quisiera permanecer junto a ti,
entrar en tu corazón y ser fiel,
en los momentos de oscuridad.

Quiero estar contigo, aunque todo sea gris.
Quiero estar contigo firme y no desistir;
tomar la cruz y caminar contigo, Señor.

En la cruz es tan difícil poder comprender,
pero tu amor me sostiene en pie,
y aunque te falle tu siempre eres fiel.

Igual que tú,
hoy me dispongo a abrazar mi propia cruz.
Esta que bien tu conoces, Señor,
y que me une a tu pasión.


EDITH STEIN o Teresa Benedicta de la Cruz (1891-1942) fue una carmelita descalza alemana de origen judío. Estudió filosofía y fue colaboradora del filósofo Edmund Husserl, fundador de la Fenomenología. Convertida al cristianismo decidió consagrar su vida como religiosa carmelita. Fue asesinada en el campo de concentración de Auschwitz. Es copatrona de Europa.

MIGUEL TOMASZEK y ZBINIEW STRZALKOWSKI fueron dos sacerdotes polacos de la orden de los Conventuales. Junto con Alessandro Dordi, sacerdote italiano, fueron asesinados por Sendero Luminoso en agosto de 1991 en la región de Ancash, Perú. A pesar de haber recibido numerosas amenazas, decidieron continuar con su labor misionera en la zona. Un cartel dejado por los asesinos junto a los cadáveres decía: “Así mueren los que hablan de la paz…”