Ezequiel 9, 1-7; 9, 18-22Salmo 112, 1-6
Jesús dijo a sus discípulos: Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.También les aseguro que, si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.
Este pasaje refleja conflictos comunitarios dentro de la comunidad de Mateo y tiene como objetivo enseñar una forma de actuar frente a los conflictos entre hermanos en el seno de la comunidad.El perdón es vital en una comunidad, pero también lo es que la persona que haya cometido algo indebido se haga cargo de su responsabilidad. Y para eso Jesús da unas pautas, que Mateo aplica a su comunidad:Primero de todo, evitar el hablar por detrás. Los chismes que corren de boca en boca, las ironías, los reproches públicos y toda esa gama de recursos que solemos usar, para señalar a un culpable sin enfrentar el problema, no sirven para nada. Un miembro de la comunidad debe hablar en privado con él. Es cierto que cuesta y siempre esperamos que sea otro el que lo haga, pero es lo más sano.Si no da resultado, dejarse ayudar por otros. Es evidente que aquí se presupone que siempre se resguardan los derechos y el buen nombre de la persona. Si el problema sigue es un problema que debe enfrentar la comunidad.San Pablo se enoja con los cristianos de Corintos porque recurren fácilmente a los jueces paganos para resolver sus conflictos internos, en lugar de solucionarlos en el seno de la comunidad: “Cuando alguien de ustedes tiene un conflicto con otro hermano, ¿cómo es que van ante jueces paganos en vez de someter el caso a miembros de la comunidad?” (1Cor 6,1)El Papa Francisco comentando este texto nos dice:“La actitud es de delicadeza, prudencia, humildad, atención hacia quien ha cometido una culpa, evitando que las palabras puedan herir y matar al hermano. Porque, ustedes saben, ¡también las palabras matan! Cuando hablo mal, cuando hago una crítica injusta, cuando con mi lengua ‘saco el cuero’ a un hermano, estoy matando la reputación del otro. También las palabras matan. Estemos atentos a esto…El objetivo es ayudar a la persona a darse cuenta de aquello que ha hecho, y que con su culpa ha ofendido no solamente a uno, sino a todos. Pero también ayudarnos a librarnos de la ira o del resentimiento, que nos hacen mal: aquella amargura del corazón que trae la ira y el resentimiento y que nos llevan a insultar y a agredir…Todos somos pecadores y necesitados del perdón del Señor. Es el Espíritu Santo el que habla a nuestro espíritu y nos hace reconocer nuestras culpas a la luz de la palabra de Jesús. Y es el mismo Jesús que nos invita a todos, santos y pecadores, a su mesa recogiéndonos de los cruces de los caminos, de las diversas situaciones de la vida” (Francisco, 07-08-2014)
MÁXIMAAyudémonos unos a otros a ser mejores
Le pido perdón. Ciertamente es un error involuntario que tuve, pero es un error, ya que no tuve suficiente cuidado de mis palabras, por lo que dejé escapar algunas que pudieron herirlo. ¿Le negará a su viejo amigo el perdón…? Aunque me siento abrumado por diversas ocupaciones, iré a Rennes el próximo lunes a verlo y a explicarle. Le pido que suspenda su juicio sobre mi conducta en estas circunstancias y que no tome ninguna decisión, hasta que me haya escuchado. (Carta a Mons. de Lesquen, 7-10-1834. Eran tiempos en que Juan María era atacado después de la condena de su hermano Féli)
Jesús, al contemplar en tu vida,el modo que tú tienes de tratar a los demás, me dejo interpelar por tu ternura. Tu forma de amar nos mueve a amar. Tu trato es como el agua cristalina, que limpia y acompaña el caminar.Jesús, enséñame tu modode hacer sentir al otro más humano.Que tus pasos sean mis pasos,mi modo de proceder.Jesús, hazme sentir con tus sentimientos,mirar con tu mirada,comprometer mi acción;donarme hasta la muerte por el reino,defender la vida hasta la cruz,amar a cada uno como amigoy en la oscuridad llevar tu luz.Jesús, yo quiero ser compasivo con quien sufre,buscando la justicia, compartiendo nuestra fe.Que encuentre una auténtica armoníaentre lo que creo y quiero ser;mis ojos sean fuente de alegría,que abrace tu manera de ser.Quisiera conocerte, Jesús, tal como eres.Tu imagen sobre mí es lo que transformarámi corazón en uno como el tuyo,que sale de sí mismo para dar;capaz de amar al padre y los hermanos,que va sirviendo al reino en libertad.