San José de Cupertino

1ª Corintios 12, 31- 13,13
Salmo 32, 2-5. 12. 22

Jesús dijo: ¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos:
«¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!»
Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino y ustedes dicen: «¡Ha perdido la cabeza!» Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!»
Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.

En primer lugar, que la crítica no te gane. Fijate cómo el señor hace alusión a esos jóvenes que están sentados en la plaza y no se conforman con nada, que nada les viene bien, que se han vuelto criticones. ¿Has visto cómo a veces nos rodeamos de personas así? O porque son muy buenos o porque son muy malos, pero siempre encuentran un “pero”, siempre les buscan problemas a las soluciones…
Tal vez esto no sea para otro, quizás sea para vos. Y, si es tu caso, te invito a que puedas empezar a renunciar a esa negatividad, a ese espíritu de crítica, de enojo, del “nada es suficiente para mí”…

En segundo lugar, Dios es creativo.  Los publicanos, los pecadores, los sencillos supieron ver en Juan y en Jesús, signos de Dios para sus vidas y se hicieron bautizar; los fariseos, en cambio, por testarudos se negaron, frustrando así el proyecto de Dios en ellos. Sería bueno que te animes a descubrir que Dios es un artista, que Dios quiere hacer con vos una obra de arte y que para acercarse es respetuoso, pero muy creativo. Anímate a caminar con sabiduría. Empezá a cambiar tu mirada por la mirada de Jesús, desprendete de esa cabeza dura y reconocé el paso de Dios. Aprendé a sonreír con esa alegría que te viene a traer el Dios de las sorpresas y transmitilo a los demás.

Todo nos invita a cambiar la mirada. ¿Vos de qué lado estás, del que siempre tiene algo que criticar o del que trata, en todas las situaciones, de buscar y agradecer el signo o presencia de Jesús? (P. Matías Burgui)


MÁXIMA
Decile no a la queja constante


Cuando escribes a los hermanos, todas tus cartas están empapadas de una tristeza profunda que sirve sólo para inspirar el desánimo a los que las reciben. Después de haber recibido esta impresión, ellos la comunican involuntariamente a otros y esto puede ocasionar los peores efectos. Hay por otra parte exageraciones en tus quejas… Ten cuidado desde ahora con esto, y sé más calmo, más discreto, más prudente o de lo contrario harás vacilar muchas vocaciones. (Carta al H. Ambrosio, 15-04-1843)

Aprovecha
que tenemos el regalo de la vida;
que un «te quiero» está a tiempo todavía;
que hay «perdonames» que curan las heridas.

Aprovecha
que tus ojos son capaces de un «te amo»;
que tus manos pueden dar un buen abrazo
y tus pasos pueden ir en busca de tu hermano.

Aprovecha
que puedes dar amor con tus palabras
y una flor avivar antiguas llamas,
antiguas llamas.

Porque la lluvia acarició tu madrugada,
porque de nuevo Dios a la puerta te llama;
porque no sabes lo que pasará mañana,
aprovecha para amar.

Aprovecha
que las cosas importantes son tan simples;
que jugar con tus pequeños es posible;
que decirles que los amas los define.

Aprovecha
ese pudor del hastío de los días.
Desempolva viejas alegrías,
tan sencillas.

Porque la lluvia acarició tu madrugada,
porque de nuevo Dios a la puerta te llama,
porque no sabes lo que pasará mañana,
aprovecha para amar.

Porque aún no se rompió el cordón de plata,
porque el orgullo no ha acabado con el alma,
porque seguimos en la escuela de la gracia,
aprovecha para amar.