Gálatas 1. 13-24Salmo 138, 1-3. 13-15
Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude.Pero el Señor le respondió: Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada.
La condición de Jesús de maestro itinerante ofrece a Marta la posibilidad de acogerlo en su casa. La narración presenta la actitud de las dos hermanas: María, sentada, a los pies de Jesús, preocupada por escuchar su palabra. Marta, en cambio, preocupada por preparar los numerosos servicios, se acerca a Jesús protestando por el comportamiento de la hermana.Marta es la que toma la iniciativa de acoger a Jesús en su casa. Al dedicarse a recibir al Maestro, se preocupa con afán de las muchas cosas que se han de preparar y, ante esto, siente la tensión de encontrarse sola. La agobia tanto trabajo, está ansiosa, vive una gran tensión. Por eso, se “adelanta” y dispara a Jesús una justa petición de ayuda: ¿por qué la hermana la deja sola? Jesús le responde constatando el hecho de que ella está preocupada y tiene el corazón dividido entre el deseo de ofrecer a Jesús una comida digna de su persona y el deseo de dedicarse a escucharlo. Por tanto, Jesús no reprueba el servicio de Marta, sino la angustia con que lo lleva a cabo.María es la que escucha la Palabra. La actitud de María contrasta con el afán y la tensión de la hermana. Jesús dice que ella ha escogido “la parte buena”, la escucha de su Palabra. De las palabras de Jesús aprende el lector que no se trata de dos partes, de las cuales una es mejor que la otra, sino que lo importante para servir es escuchar su Palabra. Esta actitud no significa evadirse de los propios quehaceres o responsabilidades cotidianos, sólo expresa la necesidad de que la escucha de la Palabra preceda a cualquier servicio o actividad.No se trata de dividir la jornada en un tiempo dedicado a la oración y otro al servicio, sino que la atención a la Palabra precede y acompaña al servicio. El deseo de escuchar a Dios no se puede suplir por otras actividades. Escucha primero para servir después. Marta también había escuchado la palabra del maestro antes. El equilibrio entre escucha y servicio implica a todos los que somos creyentes, tanto en la vida familiar como en la profesional y social.MÁXIMAEscucha y sirve
Nuestro Señor decía a Marta, la hermana de Lázaro: Marta, Marta, te ocupas de demasiadas cosas. María ha escogido la mejor parte. La parte de María era el silencio, la humildad, la oración” (Carta al hermano Julien. Mayo de1844)
A casa de Marta Jesús fue ese díaella la visita afanada servíay al ver que, a los pies del maestro, pasiva,María, su hermana, sentada lo oía,reprocha a Jesús: ¡Esto no puede ser!¡Yo tan agobiada con tanto quehacer!Señor sola estoy. Di a mi hermana Maríaque ayude también.¡Son muchas cosas Marta, Marta,que te angustian y te afanan,cuando en verdad,tan sólo hay una necesaria!Y aunque sentada esté conmigola mejor parte ella ha elegidoy nadie se la quitará, Jesús le dijo.Quizás como Marta también te dedicasde lleno a servir, ¡tantos lo necesitan!Pero no te olvides, es Cristo el que envía;con Él hay que estar como lo hizo María.Recuerda que no se trata de triunfarsino de en sus manos dejarse llevar.Hoy pide al Señor serle fiel,ser su amigo y unido a Él estar.Tú que entre mil cosas jamás te detienesy en el caminar muchas veces te pierdes,piensa en el Señor que te mira, y si puedes,tú míralo a Él para ser como Él quiere.No puedes dar fruto al gastarte en hacersi no eres reflejo de su proceder.Es tiempo de estar con Jesúsy el camino hacerlo con Él.