Efesios 4, 7-16Salmo 121, 1-5
En cierta ocasión se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios.El respondió: ¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera.¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera.Les dijo también esta parábola: Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: «Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?» Pero él respondió: «Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás».
Se sabe que Galilea fue, en tiempo de Jesús, patria de numerosos grupos disidentes anti-imperialistas. En Hch. 5,37 se menciona a Judas el Galileo. Y en el relato de hoy nos encontramos con un grupo de galileos que fueron asesinados por el procurador de Roma Poncio Pilatos. Además, el hecho se produjo con especial crueldad porque el asesinado fue cometido por los legionarios romanos en el templo, en un acto religioso. El crimen, por tanto, fue una provocación muy grave para los sentimientos nacionalistas y religiosos de cualquier israelita. Era, pues, una situación que exigía una protesta enérgica y una denuncia pública contra los abusos criminales con los que la dominación romana humillaba a los israelitas.Sin embargo, la respuesta de Jesús fue desconcertante. No dijo ni media palabra contra Pilatos o contra los romanos. Por el contrario, les advirtió a sus oyentes que, si no se convertían y cambiaban de vida, todos iban a terminar también asesinados. ¿No fue esto una cobardía que traicionaba los sentimientos más nobles y los derechos más evidentes de un pueblo sometido al gran tirano?Jesús no fue ni cobarde ni cómplice ante los romanos. Prueba de ello es que lo crucificaron por motivos políticos, como quedó escrito en el letrero que pusieron en la cruz (Mt 27, 37). Jesús no fue cobarde. Jesús fue al fondo del problema. Jesús estaba convencido de que los conflictos políticos no se resuelven solamente cambiando los gobernantes, aunque sean tiranos. Los conflictos políticos se resuelven cuando cambian en su intimidad y se convierten en su corazón todos los agentes que son parte del conflicto. Los conflictos políticos dejan heridas que dividen y generan odios y resentimientos. Mientras tales heridas no cicatrizan, el conflicto sigue en carne viva. La solución es curar las heridas, no solo cambiar los gobernantes. Estamos cansados de ver países en conflicto, que cambian de régimen, pero la miseria y el conflicto sieguen igual, y siempre se llevan la peor parte los mismos, los más pobres. Lo único que de verdad puede cambiar este mundo es la “bondad”, asimilada e integrada en la vida de quienes vamos por la vida diciendo que somos creyentes de Jesús.
Estamos en el púlpito cristiano, en el lugar de Jesucristo para instruirlos, para reprenderlos, para santificarlos. No buscamos para nada sus alabanzas estériles, sólo pedimos su conversión. ¡Y qué nos importa complacerlos si no cambian! ¿Qué frutos ganaríamos de sus alabanzas si no sacan nada de nuestras enseñanzas? Nuestra gloria es el establecimiento del reino de Dios en sus corazones, y no queremos más corona que ustedes mismos y su eterna salvación”. (Sermón sobre la Palabra de Dios, 1811)
Desaprender la guerra,realimentar la risa,deshilachar los miedos,curarse las heridas.Difuminar fronteras,rehuir de la codicia,anteponer lo ajeno,negarse a las consignas.Desconvocar el odio,desestimar la ira,rehusar usar la fuerza,rodearse de caricias.Reabrir todas las puertas,sitiar cada mentira,pactar sin condiciones,rendirse a la Justicia.Rehabilitar los sueños,penalizar las prisas,indemnizar al alma,sumarse a la alegría.Humanizar los credos,purificar la brisa,adecentar la Tierra,reinaugurar la Vida. Desaprender la guerra,curarse las heridas.Desaprender la guerra, negarse a las consignas.Desaprender la guerra,rodearse de caricias.Desaprender la guerra,rendirse a la Justicia.Desaprender la guerra,sumarse a la alegría.Desaprender la guerra,reinaugurar la Vida.