Te ofrezco, ¡oh Dios!mi fortuna, mi tiempo, mi libertad,mi reputación, mi cuerpo,mi alma, mi vida;me entrego todo, sí todo, sin excepción.Dispón pues de míy de todo lo que es mío,según te plazca.Yo no tengo ahora otro pensamiento,otro deseo,que el de contribuir a tu gloriasegún la medida completade mis medios y mis fuerzas. (Juan María)
El Instituto realiza su misión apostólica mediante la educación humana y cristiana, sobre todo de los jóvenes, y particularmente de los humildes y de los pobres. Así especializado, alcanza mayor eficacia, evita la dispersión de fuerzas y se beneficia de una ‘experiencia constantemente enriquecida.
Los tiempos son difíciles, pero no nos desanimemos. Dios vela sobre nosotros, trabajemos con gran entusiasmo por su gloria.
1951: Clémentin-Jules Bécouarn1982: Napoléon Hamelin Geoffroy1999: Denis Beaupré.