Presentación de la Santísima Virgen

Zacarías 2, 14-17
Lucas 1, 46-55 (Salmo)

Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él.
Alguien le dijo: Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte.
Jesús le respondió: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.


MÁXIMA
Danos, Señor, un corazón de discípulo


Si somos verdaderamente sus discípulos, debemos imitar sus divinos ejemplos, y yo me esfuerzo por hacerlo (Al Hno. Ferdinand Tourtier)

Me quedé sin voz con qué cantar,
y mi alma vacía dormía en sequedad.
Y pensé para mí, me pondré en sus manos,
manos de madre, me dejaré en su amor.

Y tú, María, hazme música de Dios.
Y tú, María, anima tú las cuerdas
de mi alma. Aleluya, amén.

María, acompaña tú mi caminar.
Yo sólo no puedo, ayúdame a andar.
Y pensé para mí, me pondré sus manos,
manos de madre, me dejaré en su amor.