Beato Eduardo Pironio

Día Internacional de la Fraternidad Humana

Señor, quiero ver.
Quiero ver las situaciones
y las personas como tú las ves.
Quiero ver y hacerme cargo, como tú,
de los niños y jóvenes que están
sentados al margen de la vida,
del sentido, de la integración social.
Señor, quiero ver la vida con ojos nuevos,
con corazón de entrañable misericordia.
Señor, quiero ver y avivar en mí
la pasión por los niños, por los jóvenes
y por todos los que están sedientos
de presencia y cercanía.
Señor, quiero ver y, como Juan María,
quiero tener los ojos bien abiertos
para ir a la frontera, al extremo,
donde nadie alcanza,
porque desde allí llegan
las voces más apremiantes
que nos convocan y provocan.

  • Por la Escuela menesiana que se está realizando en Bialet Massé.
  • Por la familia menesiana del colegio Cardenal Copello de Buenos Aires y la comunidad de San José de Buenavista (Filipinas).
  • Por la preparación del Capítulo de Distrito.
  • Por la preparación para la profesión perpetua del H. Walter.
  • Por los menesianos, las obras y las vocaciones de la provincia Santa Teresa del Niño Jesús (Uganda, Sudán del Sur).

Por la profesión religiosa, el Hermano teje lazos que dan consistencia a una obra comunitaria; de este modo los Hermanos «se prestan mutuo apoyo para ir hacia Dios y realizar su obra».

Ser fiel en las cosas más pequeñas, pero de buena gana y sin escrúpulo. No temer el ser molestado en las ocupaciones, estudios, hasta en las mismas oraciones; volver a ellas con espíritu tranquilo y siempre contento.

2018: Gaston Boucher (Wilfrid-Augustin)


Eduardo Francisco Pironio fue un teólogo y cardenal argentino, que nació en la provincia de Buenos Aires y fue ordenado sacerdote en la basílica de Luján. Trabajó como profesor en el seminario de Devoto, hasta que fue nombrado obispo. Participó activamente en el Concilio Vaticano II y durante muchos años trabajó en el CELAM. Se adhirió a la Teología de la liberación y por amenazas recibidas durante el período militar, la santa sede lo trasladó a Roma, donde fue hecho cardenal y se lo nombró prefecto de la Congregación para los religiosos e institutos seculares y luego presidente del Consejo Pontificio de los Laicos. Se lo considera co-fundador de la Jornada Mundial de la Juventud. Falleció en 1998.