Providencia de mi Dios,oh madre, que tantas veces he invocado,y a quien he ofrecido, consagrado,entregado esta casay cuantos ha reunido en ella tu gracia.Providencia siempre buena,tan sabia, tan llena de piedad y amorpara con tus pobres criaturas;te adoramos, te bendecimos,nos abandonamosen tus manos sin reserva.Haz de nosotros todo lo que quieras.Sólo deseamoscumplir tu voluntad en todo:En las humillaciones y en las grandezas,en la pobreza y en la riqueza,en la salud y en la enfermedad,en la vida y en la muerte.Providencia de mi Dios,vela sobre tus hijos,afiánzanos, dirígenos.Sé tú nuestra defensa,nuestra guía y nuestra esperanza.¡Dios Sólo en el tiempo!¡Dios Sólo en la eternidad!¡Dios Sólo en el día de hoy!En todo y en cada cosa,¡Dios Sólo!
Al llamarlo a seguirlo, Cristo hace nacer en el Hermano el deseo de asemejarse a Él, de seguir sus huellas con otros y de trabajar con ellos en la viña del Padre.
Dios, la verdad misma, es quien nos enseña lo que debemos decir por su causa: es a Él a quien debemos consultar para saber si debemos guardar o romper el silencio. Pidámosle todos los días que ponga en nuestra boca, cuando lo exija su gloria, palabras vivas que penetren hasta el fondo del alma.
1975: Bernard Legland (Damien-Marie)2005: Gérard Julien (Fidèle)2007: Albert Mayrand (Léon-François)2008: Évariste Laliberté