5to Domingo durante el año

San Miguel Febres Cordero, lasallano.

Señor Jesús, al comenzar el día,
te ofrecemos nuestra vida entera.
Que el amor fraterno reine entre todos
los que formamos comunidad.
Que cada uno se sienta feliz
con la alegría de los demás,
y sufra con sus penas.
Que todos nos prestemos ayuda mutua
para ir a Dios y realizar su obra cada día.
Que no existan jamás entre nosotros
ni contiendas ni rivalidades,
ni secretas envidias, ni palabras duras.
Aparta de nosotros, Señor, todo lo que hiere,
todo lo que divide,
todo lo que altera la caridad.
Haz, Señor, que hoy y siempre
intentemos ayudarnos
unos a otros a ser santos.
Que todos vivamos hoy con dulzura,
paciencia, humildad
y fidelidad a tu Palabra.
(Regla de 1835)

  • Por la preparación del Capítulo de Distrito.
  • Por la preparación a la profesión perpetua del H. Walter.
  • Por los miembros de LAM y sus actividades como Asociación.
  • Por las vocaciones religiosas y sacerdotales.
  • Por los menesianos, las obras y las vocaciones de la Delegación del Congo.

La obediencia de Cristo hunde sus raíces en el acto eterno por el que el Hijo acepta plenamente la voluntad del Padre para la misión que debe cumplir en este mundo: «He aquí que vengo para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad».

Confío que cada uno de ustedes no olvidará que es religioso y no dejará, un solo instante, de edificar a aquellos con quienes se relacione. Sobre todo que reine entre ustedes una gran caridad y una unión perfecta.

1968: Armand Lord (Georges-Augustin)
1970: Joseph Le Garlantézec (Edelbert)
1986: Louis Ziume
1987: Maurice Duhoux (Noël-Marie)
2012: Maurice Letexier (Alain-Gabriel)
2013: Charles-Henri Boutet (Georges)
2022: Arsène Louis (Georges-Maurice).


MIGUEL FEBRES CORDERO (1854-1910) Fue un religioso lasallano de Ecuador. Ingresó con los Hermanos de La Salle en 1863, en contra del parecer de sus familiares, que eran de familia muy rica. Se dedicó a la enseñanza de Los niños a tiempo completo. Publicó varios libros con el seudónimo de Bruño. Por la política anticlerical del presidente Eloy Alfaro, debió exiliarse en Francia. Más tarde fue a Bélgica, para radicarse luego hasta su muerte en España. Juan Pablo II lo canonizó en 1984.