Escuela Templo

Quien vive la tarea educadora como un ministerio, es decir, como enviado de Dios a los niños y jóvenes, descubre que su escuela es un Templo, es decir, lugar de encuentro con Dios en el rostro concreto de sus alumnos. Este educador/a no tendrá necesidad de buscar a Dios en otros lugares, pues su escuela es un “lugar teológico”, es Betel.