En Saint-Malo nació Juan María de la Mennais, aquí dará sus primeros pasos en la fe y el compromiso con Jesús y los niños y jóvenes. Aquí madurará su sensibilidad hacia el mundo de la educación y pondrá las bases para su futura obra.
Juan María fue un hombre de gran sensibilidad, educado en ella desde niño por sus padres. Eso lo hizo capaz de tener el corazón atento para ver el sufrimiento de los niños y jóvenes de su querida Bretaña:
Quiero ser pastor que a los suyos abrace,árbol frondoso que al cansado descanse,fuente de agua viva en la sed del camino,manantial de vida, frescura y destino.Quiero ser canción que despierte silencios,libro que revele lejanos misterios,poema encendido que derrita el invierno,papel donde escribas un sueño eterno.Quiero ser la risa en un valle de penas,semilla que brote en la tierra más seca,carta de esperanza para el solitario,grito que despierte al que vive encerrado.Pastor, árbol, fuente, canción o poema,papel, risa, carta, semilla que vuela…lo que tú me pidas, lo que tú anheles,eso quiero ser, Señor, si tú lo quieres.
1.- Haciendo un poco de memoria agradecida volvamos a nuestras raíces, a nuestra infancia:Recuerda a tu familia, tu casa, tu escuela, tus amigos, los lugares que frecuentabas y agradece a Dios por ello. Descubre la mano de Dios en todo ello y agradecerle por haberlo conocido y haber sido llamado/a a la vida de fe.2.- Sensibilidad y servicio:
Dame, Señor, tu miraday pueda yo ver desde allí el día que empieza,el sol que calientay cubre los montes de luz. Dame, Señor, tu miraday pueda gozar desde allí que el día declinay anuncia las noches de lunacuando viene abril.Dame, Señor tu mirada,grábala en el corazón, donde tu amor es amante,tu paso constante, tu gesto creador. Dame, Señor, tu miraday entrañas de compasión; dale firmeza a mis pasos,habita mi espacio y sé mi canción. Dame, Señor, tu miraday entrañas de compasión.Haz de mis manos ternuray mi vientre madura:¡Aquí estoy, Señor! Ponme, Señor, la miradajunto al otro corazónde manos atadas, de oculta mirada,que guarda y calla el dolor.Siembra, Señor, tu miraday brote una nueva canción,de manos abiertas, de voz descubierta,sin límite en nuestro interior.
San Maló, la ciudad que resistió a los nazis.
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