Isaías 58, 1-9Salmo 50, 3-6. 18-19
Entonces se acercaron los discípulos de Juan y le dijeron: ¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?Jesús les respondió: ¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado y entonces ayunarán.
Jesús, que admira mucho a Juan y se ha entristecido enormemente con su muerte, no quiere que el cristiano sea un seguidor de Juan sino seguidor suyo. “Juan ni comía ni bebía, pero el hijo del Hombre “come y bebe”. (Mt. 11,19).Diríamos que si Juan Bautista es un asceta que vive en el desierto, el Hijo del Hombre es “un místico” que convive con la gente. Cristo no quiere llenar su evangelio de “rigor” sino de “amor”. Y aquel que ama y se deja amar, está siempre de fiesta.Los cristianos del siglo XXI tenemos una asignatura pendiente: Estamos acostumbrados a estudiar a Jesús, a trabajar por Jesús, incluso a sufrir por Jesús. Pero no estamos acostumbrados a disfrutar con Jesús. A Jesús nunca se le ocurrió comenzar una parábola en estos términos: “Se parece el Reino de los Cielos a unas plañideras que vienen de enterrar a un muerto…” En cambio, en sus parábolas, resuena constantemente las palabras “boda”, “asombro”, “gran cosecha”, “vino en abundancia”, “banquete”. Las bodas de Caná, al comienzo de su vida pública, nos están diciendo que “Jesús es la alegría de la vida”.Señor, he sentido que mi corazón se ensanchaba, sentía de cerca tu amor, me llenaba por dentro de una inmensa alegría. Con esta actitud, el mundo, la vida, el trabajo, tienen otro color. Señor, convénceme del todo de esta gran verdad: contigo se vive mucho mejor.
MÁXIMACelebra la vida
Esforcémonos por adquirir esta inalterable serenidad, esta calma de espíritu, esta dulce y plena alegría, de paz, amor y esperanza, que ha sido prometida y que ha sido concedida a los que, elevándose por encima de la naturaleza y los sentidos, ven a Dios y sólo ven a Dios en todo. (Memorial 123-124)
Padre nuestro que estás en la alegría,que sea cada día santificado tu gozo.Que venga, Señor, tu risa a nuestras carasy en cielo y tierra se haga tu buen humor.Y danos hoy nuestra sonrisa cotidiana;perdónanos porque nos cuesta contagiarla,como nosotros perdonamos caras largas.Y no nos dejes creer que esta vida es amarga.Y líbranos del mal… humor, líbranos del mal humor.