Miércoles de la octava de Pascua

Señor, haz que escuche
los llamados que vienen de los hombres.
Señor, haz que escuche
los gritos de los niños y jóvenes 
que vienen de la vida y de la historia 
que van tejiendo a nuestro lado.
Señor, haz que vea todo con ojos nuevos, 
con corazón de entrañable misericordia.
Señor haz que vea 
y que avive mi pasión por los niños, 
por los jóvenes y por todos 
los que están sedientos 
de presencia y cercanía.
Señor haz que vea 
y que como Juan María 
tenga los ojos bien abiertos 
para ir a la frontera, al extremo, 
donde nadie alcanza, 
porque desde allí llegan 
las voces más apremiantes 
de los hombres que nos convocan 
y provocan.

  • Por el eterno descanso del papa Francisco.
  • Por la salud del H. Alberto Pardo.
  • Por las vocaciones menesianas de hermanos y laicos en nuestro Distrito.
  • Por la comunidad educativa de La Escuelita de Luján de Cuyo y la de San José de Reinosa.
  • Por el Distrito San Pedro Chanel (Tahití, Islas Marquesas)
  • Por la paz en el mundo.

La pobreza encuentra su realización radical en la muerte. Asumiéndola a ejemplo de Cristo, el Hermano alcanza el punto más alto de su renuncia a sí mismo. Entonces está preparado para recibir los verdaderos bienes prometidos a quienes lo han dejado todo para seguir a Cristo.

¡Oh Dios mío, si tuviéramos fe! ¡Esta fe viva, esta fe animada que penetra y casi comprende los misterios del cielo! ¡Esta fe que ve la aurora del día eterno!

1966: Ernest Julien (Sulpice-Marie)
2017: Joseph Lautrou (Fernand)