Señor, haz que escuchelos llamados que vienen de los hombres.Señor, haz que escuchelos gritos de los niños y jóvenes que vienen de la vida y de la historia que van tejiendo a nuestro lado.Señor, haz que vea todo con ojos nuevos, con corazón de entrañable misericordia.Señor haz que vea y que avive mi pasión por los niños, por los jóvenes y por todos los que están sedientos de presencia y cercanía.Señor haz que vea y que como Juan María tenga los ojos bien abiertos para ir a la frontera, al extremo, donde nadie alcanza, porque desde allí llegan las voces más apremiantes de los hombres que nos convocan y provocan.
La pobreza encuentra su realización radical en la muerte. Asumiéndola a ejemplo de Cristo, el Hermano alcanza el punto más alto de su renuncia a sí mismo. Entonces está preparado para recibir los verdaderos bienes prometidos a quienes lo han dejado todo para seguir a Cristo.
¡Oh Dios mío, si tuviéramos fe! ¡Esta fe viva, esta fe animada que penetra y casi comprende los misterios del cielo! ¡Esta fe que ve la aurora del día eterno!
1966: Ernest Julien (Sulpice-Marie)2017: Joseph Lautrou (Fernand)