San José Benito Cottolengo

Providencia de mi Dios,
oh madre, que tantas veces he invocado,
y a quien he ofrecido, consagrado,
entregado esta casa
y cuantos ha reunido en ella tu gracia.
Providencia siempre buena,
tan sabia, tan llena de piedad y amor
para con tus pobres criaturas;
te adoramos, te bendecimos,
nos abandonamos
en tus manos sin reserva.
Haz de nosotros todo lo que quieras.
Sólo deseamos
cumplir tu voluntad en todo:
En las humillaciones y en las grandezas,
en la pobreza y en la riqueza,
en la salud y en la enfermedad,
en la vida y en la muerte.
Providencia de mi Dios,
vela sobre tus hijos,
afiánzanos, dirígenos.
Sé tú nuestra defensa,
nuestra guía y nuestra esperanza.
¡Dios Sólo en el tiempo!
¡Dios Sólo en la eternidad!
¡Dios Sólo en el día de hoy!
En todo y en cada cosa,
¡Dios Sólo!

  • Para que vivamos nuestra misión en modo familia menesiana.
  • Por la familia menesiana del Dionisio Díaz de Maldonado y las comunidades de Lomé (Togo) y de Portugalete (España).
  • Por el cumpleaños del H Luis Manuel Cuesta de la comunidad de Roma.
  • Por los menesianos, obras y nuevas vocaciones de la Provincia San Luis Gonzaga de Haití.
  • Por la salud del H. Alberto Pardo.

Los Hermanos cuidan ante todo la calidad de sus relaciones fraternas. Están atentos los unos a los otros y no escatiman esfuerzos para comprenderse, dialogar y mostrar buen humor hacia todos. Aceptan las inevitables contrariedades de la convivencia y consideran las diferencias culturales e intergeneracionales como una riqueza. Están abiertos a los miembros más jóvenes y dispuestos a ayudarlos; muestran especial consideración por los Hermanos mayores, enfermos o con problemas.

Si en el antiguo testamento la oración era tan poderosa, ¡cuánto más poderosa no debe serlo en el nuevo, ya que Jesucristo la consagró de una manera muy especial, ya que ya no hacemos una sola voz con Él!

2009: Édouard Merot (Arsène)