Santa Rita de Cascia – Santa Joaquina de Vedruna

Hechos 15, 7-21
Salmo 95, 1-3. 10

Jesús dijo a sus discípulos: Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi Amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes y ese gozo sea perfecto.

Jesús es como un puente del amor del Padre Dios hacia nosotros. El amor que recibe del Padre lo transmite al mundo. Y nos pide que nosotros pasemos, como en la carrera de posta, ese amor a los que nos rodean. Esa es la misión que nos ha dejado.

El Papa Francisco nos decía:
Amar como ama Cristo significa ponerse al servicio de los hermanos, tal como hizo Él al lavar los pies de los discípulos. Significa salir de uno mismo, desprenderse de las propias seguridades humanas, de las comodidades, para abrirse a los demás, especialmente a quienes tienen más necesidad. Significa ponerse a disposición con lo que somos y lo que tenemos. Esto quiere decir amar no de palabra, sino con obras…
En definitiva, Jesús nos pide que habitemos en su amor, no en nuestras ideas, no en el culto a nosotros mismos; que abandonemos la pretensión de dirigir y controlar a los demás para fiarnos y donarnos a ellos…

Hay caminos engañosos que nos alejan del amor al Señor y nos llevan a ser cada vez más egoístas, narcisistas y prepotentes, a una degeneración del amor, a abusar de los demás, a hacer sufrir a la persona amada… Amar como ama el Señor quiere decir apreciar a la persona que está a nuestro lado y respetar su libertad, es decir, amarla como es y gratuitamente.


MÁXIMA
“Como el Padre me ama, yo los amo a ustedes”


Amemos a este divino Jesús que nos ama con un amor tan prodigioso, con tan inmenso amor; sirvámoslo, honrémoslo. Pongamos toda nuestra alegría en hacerlo honrar, en hacerlo servir… (1º de año, 1816)

Como el padre me amó,
yo os he amado.
Permaneced en mi amor.
Permaneced en mi amor.

Si guardáis mis palabras
y como hermanos os amáis,
compartiréis con alegría
el don de la fraternidad.

Si os ponéis en camino,
sirviendo siempre a la verdad,
frutos daréis en abundancia.
Mi amor se manifestará.

No veréis amor tan grande
como aquel que os mostré.
Yo doy la vida por vosotros.
Amad como yo os amé.

Si hacéis lo que os mando
y os queréis de corazón,
compartiréis mi pleno gozo
de amar como Él me amó.


JOAQUINA DE VEDRUNA (1783-1854) fue una catalana, que después de estar casada y tener 9 hijos, habiendo enviudado, se consagró a Dios. Fundó a la congregación de las Carmelitas de la Caridad, con presencia importante en el Cono Sur. Joaquina era conocida por su gran sentido de la oración, confianza profunda en Dios y caridad desinteresada. Sus Hermanas se dedican especialmente a la educación cristiana de la juventud y a la catequesis. Además, desempeñan labores de asistencia hospitalaria y de inclusión social. Fue canonizada por el papa Juan XXIII en el año 1959.

RITA DE CASCIA (1381-1457) fue una mujer italiana que después de estar casada y haber muerto su marido y sus hijos, se consagró a Dios. Es una de las más populares santas europeas, patrona de las causas imposibles. En el convento llevó una vida de oración y servicio humilde. Recibió los estigmas de Cristo. Fue canonizada por León XIII en el año 1900.