Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.Él les dijo entonces: Cuando oren, digan:Padre, santificado sea tu Nombre,que venga tu Reino,danos cada día nuestro pan cotidiano;perdona nuestros pecados,porque también nosotros perdonamosa aquellos que nos ofenden;y no nos dejes caer en la tentación.
Para Jesús el hecho de que sus discípulos les pidieran que les enseñe a orar, fue muy importante,porque ellos tenían ansias de vivir y convivir con Jesús esa forma de comunicarse con el Padre,que esa oración sea autentica sincera, un dialogo basado en la confianza.Con esta oración alabamos a Dios, pedimos, agradecemos y nos renovamos.Las dos o tres primeras peticiones se refieren a Dios Padre, cuyo nombre debemos santificar, cadavez es más estrecha nuestra relación con Dios porque es nuestro verdadero Padre.Pedimos que venga su reino, reino que nosotros debemos trabajar ahora, para que se cumplantodas las esperanzas y promesas hechas por Dios, ese reino es optar por Jesús y su evangelio.La segunda parte se refiere a nosotros y al prójimo. Para nosotros pedimos el alimento del día, esealimento de pan sencillo al alcance de pobres y ricos, pero también el pan de la Eucaristía que espan partido y repartido entre todos. En nuestras relaciones con el prójimo pueden surgir conflictos,diferencias, que pueden ser solucionadas con la comprensión y el perdón. Así, como a nosotros,nuestro Padre Dios, nos tiene que perdonar a cada instante. Nos muestra a un Padre misericordiosoque nos da un amor incondicional.No nos dejes caer en la tentación. En la tentación del desánimo, el egoísmo, la envidia, el rencor,el odio, que suelen ocurrir cuando los diversos problemas del día, destruyen nuestra tranquilidad.El Padrenuestro es un plan de vida que nos propuso Jesús, es una expresión de fe que busca estaren confianza con Dios y no una fórmula (como una fórmula química) que repetimos de memoriay no tenemos idea de su contenido y de su poder transformante.
Si en la antigua alianza la oración fue tan poderosa, cuánto más no lo será en la Nueva, desde elmomento en que Jesucristo la consagró de una manera especialísima, desde que nuestras oracionesestán unidas tan íntimamente con las suyas y que no formamos más que una sola voz con El» (Sobrela eficacia de la oración)
Padrenuestro que estás en el cielo,santificado sea tu Nombre.Venga a nosotros tu Reino.Padrenuestro que nunca estás lejos,que se haga en la Tierracomo en el Cielo tu voluntad.Danos el pan de cada día.Perdónanos para aprender a perdonar.Nunca nos dejes caer,nunca nos dejes caery líbranos del mal. Amén.