Un fariseo lo invitó a cenar a su casa.Jesús entró y se sentó a la mesa.El fariseo se extrañó que no se lavara antes de comer.Pero el Señor le dijo: ¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.
En el evangelio de hoy sigue la relación tensa entre Jesús y las autoridades religiosas de aquel tiempo. Y en este breve pasaje Jesús dice claramente al fariseo que lo invita a comer en su casa: Lo que hay que limpiar es lo que está dentro del hombre, el pensamiento y el corazón, donde la maldad anida.La amonestación de Jesús contrapone lo externo y lo interno. Esta denuncia también hoy involucra nuestras acciones y prácticas religiosas. Quiere desenmascarar el “fundamentalismo” fariseo: ¿nos debemos preocupar por la observancia externa de las reglas o más bien por la vivencia interna, por el corazón de la persona?Jesús quiere habitar en nuestro interior, en nuestros pensamientos y en nuestros sentimientos.Dejemos que sea el Espíritu Santo el que nos mueva, desde lo más íntimo para que todo nuestro obrar sea puro.
¡Pide pues al buen Dios que cree en mí un corazón puro, un corazón que lo quiera! ¡Pídele que me conceda la gracia de pertenecerle completamente a él, a él sólo, y para siempre! ¡Fiat! ¡Fiat!” (Al padre Bruté de Remur)
¡Así es la Caridadsi la vives de verdad!No te arrepentirás,serás libre de verdad.¡Así es la Caridadsi la vives de verdad!No te arrepentirás,serás libre para amar.¿Cómo reconocerás verdadera caridad?Si antes que para ti mismobuscas el bien de los demás.Si es feliz con lo que tiene,si no cree más de lo que es.si como buen campesinotiene un corazón sencillo.Porque Dios así lo quiso,es preciso, lo repito:La pobreza es distintivode todo el que sigue a Cristo.Ser pobre por elecciónpara servir por amor.No buscamos recompensaporque nuestra herencia es Cristo.