San Calixto I

Un fariseo lo invitó a cenar a su casa.
Jesús entró y se sentó a la mesa.
El fariseo se extrañó que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: ¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.

En el evangelio de hoy sigue la relación tensa entre Jesús y las autoridades religiosas de aquel tiempo. Y en este breve pasaje Jesús dice claramente al fariseo que lo invita a comer en su casa: Lo que hay que limpiar es lo que está dentro del hombre, el pensamiento y el corazón, donde la maldad anida.

La amonestación de Jesús contrapone lo externo y lo interno. Esta denuncia también hoy involucra nuestras acciones y prácticas religiosas. Quiere desenmascarar el “fundamentalismo” fariseo: ¿nos debemos preocupar por la observancia externa de las reglas o más bien por la vivencia interna, por el corazón de la persona?

Jesús quiere habitar en nuestro interior, en nuestros pensamientos y en nuestros sentimientos.
Dejemos que sea el Espíritu Santo el que nos mueva, desde lo más íntimo para que todo nuestro obrar sea puro.


¡Pide pues al buen Dios que cree en mí un corazón puro, un corazón que lo quiera! ¡Pídele que me conceda la gracia de pertenecerle completamente a él, a él sólo, y para siempre! ¡Fiat! ¡Fiat!” (Al padre Bruté de Remur)

¡Así es la Caridad
si la vives de verdad!
No te arrepentirás,
serás libre de verdad.
¡Así es la Caridad
si la vives de verdad!
No te arrepentirás,
serás libre para amar.

¿Cómo reconocerás verdadera caridad?
Si antes que para ti mismo
buscas el bien de los demás.
Si es feliz con lo que tiene,
si no cree más de lo que es.
si como buen campesino
tiene un corazón sencillo.

Porque Dios así lo quiso,
es preciso, lo repito:
La pobreza es distintivo
de todo el que sigue a Cristo.
Ser pobre por elección
para servir por amor.
No buscamos recompensa
porque nuestra herencia es Cristo.


San CALIXTO I fue Papa entre los años 217 y 222. Nació como esclavo en Roma y, tras obtener la libertad, se convirtió al cristianismo. Trabajó como administrador de un cementerio cristiano —las famosas Catacumbas de San Calixto— y se destacó por su servicio a la comunidad. Antes de ser Papa, fue acusado injustamente y enviado a trabajos forzados en las minas de Cerdeña, donde sufrió mucho por su fe. Más tarde, fue liberado y acogido por el Papa Víctor I, quien le confió importantes responsabilidades.
Cuando fue elegido Papa, trabajó para unir a la comunidad cristiana y mostrar que el perdón de Dios no tiene límites, incluso para pecados graves como la apostasía o el adulterio, siempre que hubiera arrepentimiento. Esta actitud lo enfrentó con algunos grupos más rígidos, como los seguidores de Hipólito, que no aceptaban esa apertura.
Murió asesinado durante una revuelta anticristiana.